El sentimiento de soledad es una de las principales consecuencias psicológicas de la despoblación en los mayores de 65 años. Muchos de ellos se encuentran viviendo solos en casas que alguna vez estuvieron llenas de vida y alegría. La falta de compañía, el deterioro de las relaciones sociales y la ausencia de una red de apoyo contribuyen al aislamiento emocional y a una sensación de abandono por parte de la sociedad en general.