El autoconsumo de energía mediante métodos como la energía solar fotovoltaica, eólica y hidroeléctrica, junto con la venta de energía sobrante, ofrecen soluciones rentables y sostenibles para los usuarios. Estas prácticas contribuyen a la transición hacia un modelo energético más limpio y respetuoso con el entorno, promoviendo la independencia energética y reduciendo la huella de carbono.